Rosa primigenia

Rosa de la tarde,
crisálida dormida,
ojos que se sueñan
en el eco atormentado
de la piedra, como un lamento
enardecido hurgando
los cuévanos del aire.
Desolación y humo,
suspiro en el dolor pertrechado,
condena de los números aciagos,
grito cortante, énfasis
en la profundidad devastada,
diversidad, corteza, símbolo.
Juego de armonía,
satélite extinguido
en la oscura memoria sideral,
pájaro de melancolía
que rasga la vertiente del silencio
ahogando en soledad el latido.
Hoja desnuda, lámina
simultánea y fría, trepidación
de impulso y simetría.
Golpe de mar, sonora nervadura
estremecida donde el dolor
tensa su médula aguda,
capciosidad de ramas, veredas
donde expira el lapsus de un paisaje.
Determinante enjambre,
coloración de olas,
rosa de la tarde
en el lánguido desvanecer del aire.
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Francisco Juliá

Soy Francisco Juliá, y el deseo de este blog es llegar al mayor número de lectores, compartir una hermandad a la que nos invita lo íntimo de la conciencia.

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